La anterior columna ofreció una brevisima reseña de lo que fueron los inicios del rock, a través de algunos de los pioneros de tan avasallante sonido, pero obviando el quizás más reconocido de todos. La verdad fue algo adrede, debido a que opte por dedicar mayor metraje para hablar del personaje en cuestión. La historia de Elvis Presley es de por si extensa, por lo que en esta ocasión estaremos sujetos a urgar en los años de sus inicios, cuando grabó su primera placa discográfica con un par de temas, destinado como regalo a su madre. Esto sucedió en agosto de 1953 en los estudios Sun Records de Memphis, Tennessee.
Los cuatro dólares que invirtió en dicho disco darían sus frutos, al lograr captar la atención del productor musical Sam Phillips. Presley había sido autodidacta en cuanto a la música, debido a que nunca recibió estudios formales, salvo lo que aprendió en cuanto a bases elementales de guitarra impartidas por tios y un pastor de la iglesia a la que acudía con su familia en su natal Tupelo.


