martes, noviembre 08, 2016

Un nuevo destino de vida



Cada quien se traza su norte, tanto geográfico como de vida, siempre en la búsqueda de una mejor perspectiva, según sus necesidades.

En los últimos años ese ha sido el común denominador de muchos compatriotas, a quienes las circunstancias, tanto personales como los que rodean nuestro ámbito nacional, en lo económico -profundamente- como en lo sociopolítico -que no se queda atrás-, los han obligado a levar anclas hacia nuevos puertos.

He sabido de muchos conocidos y familiares que han optado por dar ese paso, pero hoy me toca hondamente, al ver que uno de mis hermanos (Gabo) toma la decisión de partir, en aras de un mejor porvenir, ése que le ha sido esquivo en esta hermosa patria que nos vio nacer y que estoy seguro nunca dejará de estar presente en su corazón y pensamiento, como los aromas, sonidos y vivencias venezolanas que albergan sus sentidos.

Cuando comenzamos a vivir intensamente la experiencia del Internet –y sobre todo en banda ancha- ya hace casi 13 años, tuve la oportunidad y el gusto de conocer mucha gente de Chile, esa nación del otro extremo de nuestro sur con el que compartimos un insigne maestro: Don Andrés Bello. En aquel entonces me sentía cautivado por esa nación, plena de estaciones y postales visuales que me enternecieron, amén de un estruendo pop rock que se sumó a mi banda sonora de aquellos tiempos, y que hoy no dejo de escuchar, aunque nunca como en aquel entonces de ávido consumo musical.

Me imaginaba que algún día tendría la oportunidad de viajar a Santiago y poblaciones de la provincia como La Serena, Rancagua, Osorno y Valparaíso, y conocer en persona a quienes a través del chat, me mostraban una ventana de sus vidas en aquellos lares.

Hoy no seré yo sino Gabo, quien al menos transitará las calles de la metrópoli santiaguina, y a quien le tocará comenzar una nueva etapa de vida, conocer nuevos amigos y quizás el amor, ese que tanto se merece.

Tiempo después, volveré a mantener contacto seguido con ese extremo de Suramérica, ahora conociendo de manera directa las vivencias de quien desde su nacimiento ha compartido tanto conmigo.
 
Ojalá muy pronto lo tenga de vuelta, como muchos otros compatriotas añorados por sus familias en este rincón del caribe suramericano, para, con la experiencia ganada en cada uno de sus destinos de vida, aportar a Venezuela, este hermoso país lleno de muchas sombras, pero con la inquebrantable esperanza y estímulo que brindan luces para combatirlas.